Mi Historia Y cómo llegué a ser Sanadora.
Nacida bajo el signo del horóscopo chino del Dragón de Fuego en una familia católica tradicional, con ancestros orientales (mi abuelo) tuve una educación algo ecléctica. En la infancia valores mas cercanos a la ideología budista y en la adolescencia una educación Católica Ignaciana bastante flexible. Viví con mi familia en una oficina salitrera muchos años, donde aprendí a meditar a los 7 años. Mi deseo siempre fué el de ayudar a los seres vivos. Y por eso estudié enfermería en la Universidad de Chile; dedicando mi vida y corazón muchos años a esa bella profesión. Sin embargo a veces sentía que al tratar las enfermedades físicas había "algo" mas detrás de cada dolencia que no se abordaba de la mejor manera... sentía que no era suficiente mitigar el dolor físico. Sentía que había un dolor, no menos importante, un dolor que no se ve a simple vista. El dolor del alma... muchas veces reflejado en los cuerpos y en las mentes. Así vi cómo muchas mujeres se operaban de cáncer de mamá, sin embargo sus dolores continuaban enquistados en su corazón. Y al tiempo volvían por alguna otra dolencia física. Eso me hacía confirmar lo que ya en ese tiempo presentía y por otro lado mi formación profesional me enseñaba, que nuestro estado interior se refleja en nuestro estado de salud, en el cuerpo físico. Que somos seres "Holísticos". Cómo me gusta esa palabra!!. Que los dolores que se arrastran durante generaciones son cuna de enfermedades graves, por ejemplo. Al mismo tiempo las jornadas extenuantes de trabajo, los turnos, los horarios incompatibles con la vida familiar y el estrés propios de mi profesión, la inmadurez; me fueron alejando de mi esencia y de la familia, que junto a mi marido estaba formando. Pero especialmente comencé a alejarme de quien yo era en realidad. Llegó un momento en mi vida en que perdida y sola, caí en un profundo pozo de dolor y sufrimiento.
Simplemente no me reconocía... me miraba al espejo y esa mujer era una desconocida para mi. Estaba perdida en mi historia personal, en la de mis ancestros, negando todo tipo de luz, de ayuda, de amor. Comencé inconscientemente (quizás no tanto) un quiebre doloroso en mi misma que me llevó a re-conocerme y a poner en la balanza lo realmente trascendental en mi vida. Fué mi despertar, acompañado de una profunda y oscura depresión. Estube prácticamente muerta en vida, ni siquiera mi pequeña hijita Josefina me motivaba a vivir, moverme o hacer algo. Quería morir. Comencé a refugiarme en el trabajo y en cosas externas.
En ese tiempo tuve una pérdida de unos pocos meses, yo no le di ninguna importancia. Intuía que estaba embarazada, pero no me había realizado un test, comencé con fiebre, muchísimo dolor y luego se me pasó. pensé que era un cólico, nunca pensé que estaba teniendo una pérdida. Fué un día previo a navidad. Solo se fué. Al otro día fuí a trabajar. Nunca procesé esa pérdida hasta muchoa años después. Ahora entiendo que la depresión que me vino meses después, tuvo origen en este hecho traumático.
En el 2005 me inicié en mi primer nivel de Reiki. Comencé a estudiar Flores de Bach. Pero el trabajo aún representaba para mi algo que me absorvía por completo, cansada, con sueño, enojada todo el tiempo. Y llegó la explosión... coemncé a hacer cambios drásticos en mi mismca y en mi entorno... me separé de mi marido, me cambié de casa con mi hijita (única en ese momento), me busqué otros trabajos, conocí hombres maravillosos... étc. Hasta que la vida y dios que es Padre y Madre y no le gusta que sus hijos e hijas vagen por la vida perdidos y dolientes... nos tomó de la mano con mi hombre y nos llevó nuevamente a formar un hogar. Proponiéndonos aprender de nuestros errores, dejar atrás las odiosidades, perdonarnos y otorgarnos una segunda oportunidad como familia, nos pusimos en marcha desde el punto cero. Él... mi hombre, y yo... la Mujer a su lado y no al revés.
Así fué como la vida mágicamente nos regaló nuestro tercer hijo Sebastián, quien venía con algunos problemas motores y de desarrollo. Esto me llevó primero a dejar de trabajar fuera de casa y segundo a aplicar en él todo el conocimiento adquirido durante estos años de locura existencial. Poco a poco comencé a utilizarlo con personas externas, como una medida de aporte a la comunidad y a la vez una forma de colaborar con mi hombre en la economía familiar (debido a los grandes gastos de la enfermedad de mi hijo)... así llegué a trabajar en forma seria como "Terapeuta de Terapias Naturales y Medicina Alternativa". Lo que para mí implica estar constantemente perfeccionándome, estudiando, trabajando en mi misma. Todo esto me llevó a trabajar profundamente en la relación con mis padres, mi pareja y mis hijos y ahí han tenido una gran importancia las "Constelaciones Familiares". Son las que me literalmente me han cambiado la manera de mirar la vida y mis propias relaciones personales, especialmente conmigo misma. las constelaciones me han hecho mas feliz. me han traido paz y alegría. A pesar de tener momentos desafiantes, ya que no es bonito a veces mirarse las partes mas difíciles de uno mismo. Por lo menos para mí.
Todo esto me hizo ver que debemos trabajar siempre que podamos en nosotros mismos desde el punto de vista que somos mas que un cuerpo físico y una mente. Somos nuestro primer paciente-consultante. ¿Cómo ayudar a la comunidad, si no fuese capaz de ayudarme yo misma?. Así fué como hice mi trabajo muy a conciencia, tratando de ser lo mejor posible de mí, a veces exigiendome demasiado.
El año pasado 2015, tuvimos a nuestro tercer hijo... Julián. Julián nos trajo la alegría de padres maduros y desafíos enormes, un embarazo complicado, me diagnosticaron una cardiopatía durante el embarazo. La cercanía de la muerte, el dolor unido tan intimamente a la elagría de engendrar una nueva vida puso en una perspectiva muy diferente toda mi vida. El parto de Julián fué de urgencia, corriendo peligro mi vida y la de él. Viví momentos mágicos, donde mi alma literalmente estuvo al "otro lado" en un momento. Las oraciones, el amor... y una transfusión de 3 litros de sangre fueron lo que me trajeron de regreso a este lugar... seguramente no era el momento de irme aún. Todo este episodio abrió otro nivel de comprensión de compasión y de amor en mi vida. Mi corazón y mi alma se expandieron y ya la vida tiene otro aroma.... uno ams libre, uno mas intenso, uno mas personal. Solo puedo decir, que hoy por hoy miro con gratitud cada día de mi vida y de la vida de los que amo. Miro a mis hijos y bendigo cada uno de sus pasos, sus sonrisas y su presencia en este mundo.
La muerte es una gran amiga, que nos enseña a valorar y a vivir. Nos recuerda que somos seres con fecha de vencimiento (jajaja) y que esta experiencia es única e irrepetible, aunque encarnes nuevamente, no seras lo que eres hoy. Hoy es el día de amar y de abrazar, de llorar y de reir.
Te invito a fluir con tu destino, a hacer tu amiga la vida, a mirar con amor todo lo que te rodea... a conocerte y amarte así como eres. Estamos rodeados de seres amorosos que nos guían y nos cuidan, nuestros pensamientos y oraciones son energía, la vida es un cúmulo de información dispuesta para nuestro "buen vivir", solo debes darle espacio a lo que Dios te ofrece día a día. Sonrie al mundo y el mundo te sonreirá.
Un beso y Bienvenid@s a mi espacio. YO soy otro TÚ.
Con Cariño,
Nayi