Mi Primer Caso

Margarita es una de mis primeras Pacientes... y uno de los casos mas complicados, pero también uno de los mas bonitos. Fué necesario utilizar varias herramientas terapéuticas. Fué un proceso para ambas. Aprendí mucho con ella, de mi misma y de la vida.

Cuando llegó a mi consulta, vestía de negro completamente. Representaba unos 28 años, rostro cansado, ojos oscuros sin brillo, caminaba encorvada, y se veía opaca. Era alguien que podía pasar inadvertida en la calle, de mochila y zapatillas. Era lo único que hacia darse cuenta de que era una joven. Ya que al mirarla parecía estar hablando con una persona mayor llena de tribulaciones y penas.
En la entrevista me contó que tenía 25 años, que era profesora de música, que hacía clases de piano, pero que hace un par de años había sufrido una depresión reactiva de la cual había salido casi sola, ya que su sicólogo se fue de la ciudad y ella no quiso seguir en terapia con nadie mas. Me dijo que unos años atrás había tomado antidepresivos, pero después los dejó. Que en algún minuto tuvo pensamientos suicidas, pero que ya no los tenía. Me contó que estaba pololeando y tenía una familia bien constituída. Con padres y hermanos amorosos. Sin mayores altibajos. Que en su familia habían problemas de dinero a veces, pero que no eran graves, sus padres eran trabajadores y creyentes. No había sido maltratada de niña, ni había sufrido grandes aflicciones. Pero a pesar de ello… no era feliz. Simplemente nada  la estimulaba. No tenía motivaciones.
Me llamó profundamente la atención su aspecto. Cansado y dolido. Su cara seria y profundamente triste. También que me comentó haber nacido durante el terremoto de 1985. y que para su madre había sido una experiencia tremendamente fuerte.
Lo primero que me dijo fue : “tengo todo para ser feliz, pero no lo soy”.

Me produjo un sentimiento de compasión y amor. Ganas de abrazarla y decirle que se diera cuenta de lo lindo de todo.

Evaluada por sicólogo en ese momento no estaba con depresión ni tomaba medicamento alguno.



Comenzamos ese día evaluando energéticamente sus chakras y cuerpos luminosos. Le hice una revisión con péndulo en cada uno de sus chakras y testee los niveles de energía. Encontré una desconección del chakra corona y el chakra raiz estaba deficiente, habían chakras deformes y bloqueados. La energía sumamente baja en nivel 3 – 4 a lo máximo. Casi era un fantasma.
Empezamos inmediatamente con terapia floral; flores de Bach, California y Saint Germain, con la finalidad de hacer una  limpieza profunda en su cuerpo físico, mental y emocional. Además de una sesión de alineación y limpieza de cada uno de sus chakras con gemas y cuarzo. Me comentó que sintió miedo y angustia, ganas de huir, pero que después se relajó durante la sesión de reiki.

 


Al volver a su segunda sesión de reiki me comentó que se había sentido pésimo con las flores, había estado mareada, nauseosa,  y que estando de paseo con unas amigas en un mall,  no pudo evitar la sensación y vomitó sin poder ni siquiera llegar al baño. Me quedó claro que en ese minuto expulsó larvas astrales y cualquier parásito energético que la estuviese fagocitando.
Ese día le hice reiki, limpiándola energéticamente, y equilibrando sus cuerpos. Mi sensación fue extraña. En mis manos frío. Sentí que había mucho miedo, angustia, pero su cabeza se calentaba de forma inusual.  Sus chakras se habían vuelto a bloquear y sentí un cierto rechazo hacia mi. Rabia. Canalicé que tenía grandes dones de clarividencia, clariaudiencia, sanación y canalización. Y que en algún minuto despertaría.  Que este era su proceso de liberación. Tuve imágenes de sus vidas pasadas. De quien y qué había sido. Y de cuales decisiones y acciones la habían llevado a estar en esta vida en este estado de depresión. Sentí que necesitaba una sanación karmica con la Maestra Kwan Yin y decidí que la haría la próxima oportunidad.
Le di nuevamente flores para terminar la limpieza, equilibrar la energía y reparar la malla energética o aura. Además de esencias específicas para la confianza, la alegría y la fé.
Ese día al terminar la sesión de reiki. Le hice una meditación guiada, para ponerla en contacto con la luz. Me llamó la atención que no podía conectarla. Me decía que no veía nada, que la luz era mala… que no podía verla… que no se lo merecía… que tenía miedo de la luz… que se sentía culpable…
En ese minuto me dieron la certeza de que había algo más, que solo una depresión. Y amorosamente la guié a un estado de relajación. Con respiración y protección. Terminamos ese día muy agradable y se fue muy tranquila y relajada. Tan relajada que después supe que se cayó de camino a su casa.

La tercera sesión sería de limpieza kármica, pero ese día no se dieron las cosas. Los maestros me indicaron que hiciera reiki y meditación ese día y dejar para el jueves la limpieza. Asi lo hicimos, trabajamos con reiki a conciencia y en profundidad. Trabajé varios traumas en su aura. La llene de luz y limpié acuciosamente cada uno de sus chakras.
Evaluamos la terapia floral y me dediqué a enraizarla fuertemente a la tierra. Le di recomendaciones y quedamos en que vendría ese jueves.

 


Ese día jueves llegó temprano. Hicimos la limpieza kármica con Magnified Healing que se desarrolló con normalidad, visiones hermosas de luz violeta. Fué corto y poderosamente sanador. Aunque yo sabía que ese día sería especial para ella. No tenía la certeza de porqué. En mis sesiones generalmente los maestros y guías me cuentan a último minuto lo que realizaremos. Me agrada la espectativa de lo nuevo y diferente.
Después la dejé descansar un rato, le ofrecí un vaso de agua con rescue remedy. Y comenzamos con reiki.
Todo iba normal hasta que comencé a sentir más presencias, no solo mis maestros, mis guías, mis ángeles, mis arcángeles. Sino que sentí que habían presencias de seres desencarnados en el espacio medicinal que yo creo al hacer mis terapias. Me di cuenta al instante que eran seres, que la habían acompañado durante su vida actual. Eran dos almas extras.
Comencé un diálogo mental con ellos y con sus guías. Me contaron en pocos segundos lo que hacían en el cuerpo de mi paciente, me dijeron que tenían miedo de irse, y que no sabían que hacer. Tenían angustia y estaban desorientados. Comencé a calmarlos. Hablarles con amor, explicarles. Que era su momento de retirarse a descansar, que este no era su cuerpo y que le agradecíamos pero que mi paciente quería ser feliz y vivir su misión.
Pedí a los seres luminosos, a los maestros y ángeles protección y amor para esas almas e invoqué a sus guías para que vinieran a ayudarles en su tránsito hacia la otra dimensión.
Cerré los ojos y comencé a orar silenciosamente. Sintiendo que me llenaba de compasión y amor. Al abrir mis ojos, la habitación se había detenido, el humo del incienso se elevaba lentamente, había un calor enorme. Y mi paciente estaba fría y pálida. Veo como bajo mi pecho a la altura de su coronilla va saliendo un humo azulino… me alejo para ver que es. Y cual no sería mi sorpresa al darme cuenta que ese hilito de humo salía del centro de su coronilla… no terminaba de salir de mi asombro… cuando me fijo que en el centro de su pecho a la altura del apéndice xifoides estaba saliendo otro humo de un color similar… un poco mas azul.


En ese instante, la única oración que se me ocurrió salía de mis labios. Fue el Padre Nuestro mas sentido de mi vida, al terminar de salir los hilillos de humo, mi paciente se desmayó por unos segundos. Pálida y blanca como un papel. Recobró sus colores de inmediato y una sonrisa de alivio asomó en sus labios. Después mi paciente me contaría que en el instante que recé, ella se emocionó y comprendió que algo especial estaba sucediendo, que había sentido el profundo deseo de dar gracias. Y así lo hizo.
Terminé la sesión de reiki, llenando su corazón y su tercer ojo de luz y amor compasivo. Mano derecha en la coronilla y la izquierda en el corazón... mano derecha en la frente y la izquierda corazón.

Ciertamente para mí también había sido una sesión significativa.
Estuve pensando las cosas varios días, me cuestioné todo. Y finalmente comprendí que mis pacientes no son solo los que vienen a verme en cuerpo encarnado, sino, también aquellos que les acompañan. Ya sea en su mente o espiritualmente. Todos somos unos.
No mentiré diciendo que no sentí nada. Me morí de miedo y de asombro. Pero el deseo de ayudar y de hacer bien las cosas, la mente fría, fueron mas fuerte. Lo comparo a una situación de urgencia en el hospital. Para mi estas cosas son lo mismo. Hay días suaves y hay días con paros y emergencias. Es lo mismo. Y mi entrenamiento enfermeril me ayuda mucho.

Ese día mi paciente se fue radiante. Conversamos la experiencia con altura de miras. Y me dijo que sentía que el peso en las piernas  había desaparecido. A mi me pareció que ella entera brillaba y hasta estaba mas alta. Sus ojos habían cambiado.
Le di las recomendaciones pertinentes y se fue.


A la siguiente sesión evalué sus chakras. Estaban alineados y armónicos. Aunque su nivel de energía no era como cuando sales de una sesión de reiki. Era bastante aceptable. Aún quedaba un poco de trabajo en ellos. Pero con las flores iría bien. Me contó que se sentía con ganas de hacer muchas cosas. Con la certeza de que todo iría bien y de que era capaz de lo que se propusiera.
Ese día hicimos lectura de sus registros akáshicos. Para aclarar su misión y su vida hasta ese momento.
Se fue con muchas tareas a su casa, con proyectos y también con algunas dudas y desafíos. Las esencias florales aún acompañandola.

Durante las vacaciones pasaron varias cosas. Su vida se ha estado reacomodando. Tiene el apoyo de su pololo y de sus padres en todas sus decisiones. Eso le da seguridad. No ha sido un periodo fácil, pues ha comenzado a descubrir quien es, dónde está y que es lo que quiere realmente.
Comenzó a ver también cuales son sus capacidades. Y se ha dado cuenta de que tiene un abanico inmenso de posibilidades (es extraño, eso a veces da miedo). Se acostumbra poco a poco a su nueva forma de estar. A sus sentimientos. A sus emociones y deseos. Trabajamos un tema importante por ahí de vidas pasadas y votos de castidad que la estaba atormentando y no la dejaba disfrutarse plenamente como ser humano.
El tema de su trabajo y cómo ganarse la vida también se está adecuando. Me decía que ya no quería trabajar en lo que estaba y quería cambiarse. Las cosas se están acomodando poco a poco en su vida.

Hoy vino a verme. Estuvimos conversando. Se está abriendo a sus dones de clariaudiencia. Y comenzando a escuchar y seguir a su intuición. La vi brillante y luminosa, muy alegre. De echo la ví sonreir muchas veces (cosa que no hacía cuando llegó). La vi vestida con colores y ya no con el típico negro, que ella usaba porque me decía que se sentía fea, sucia y con un cuerpo enorme. Cuando en realidad es flaquita y menuda (eso se le pasó el día que se fueron las almas extras). Esas imágenes de si misma se han ido.
Me dio gusto verla encontrándose a si misma. Planificando proyectos que mejorarán la vida de muchas personas. Comenzando a liderar un grupo de trabajo con gente interesada en el bienestar social. Empoderándose de quien es realmente. Un alma llena de amor y de luz. Un alma antigua que viene a este mundo a llenar de paz y amor los corazones de muchos a través del servicio. A poner los dones y habilidades adquiridas y heredadas a disposición del género humano. Un ser de luz apoyando a la nueva energía. Al nuevo mundo que poco a poco despierta.

Me siento honrada de poder ayudar a despertar seres tan bellos como ella. De aquí en adelante el camino es suyo. Tiene las ganas y la energía para hacerlo… siempre la tuvo. Solo necesitaba un pequeño empujoncito.


Estas técnicas como reiki, flores de Bach, registros akáshicos, etc son para eso. Herramientas para ayudar a despertar esos guerreros dormidos de cientos de miles de años….

 

DESPIERTEN… LOS NECESITAMOS!!!!!!!!!!!!!!!!

Namasté

 


 

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